sábado, 17 de septiembre de 2011

nunca entiendo a tiempo

querido julio,

cada día entiendo menos de qué va la vida, de qué va el amor. la perversidad ilimitada. qué nos hace elegir siempre y siempre a las mismas personas. qué es lo que nos hace mirar para atrás, sabiendo que nos vamos a convertir en estatuas de sal. no literalmente, pero seguro nos vamos a comer los mocos. por qué es tan fácil juzgar, dar lecciones, hablar de moral, de lo que corresponde. hablar de duelos, de sonrisas, de huellas, de heridas. por qué es tan fácil dar vuelta la hoja y dejar que todo eso se lo lleve el viento que acaricia los ojos con los que alguna vez nos miramos. no se por qué me siento traicionada, algo me duele bastante. es que ahora estoy juzgando yo con liviandad? no quiero. no quiero ser la oscuridad que alguna vez fuiste. tampoco la luz. fuegos fatuos. la soledad, los seres únicos, solitarios, que habitan en todos mis laburos. salvo en uno. cuando salde compromisos me desharé de él. porque no voy a faltar a una palabra. o dos.




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