viernes, 24 de junio de 2011

    Cuando los castigos eran ejecutados en el aposento de Erzébet, se hacía necesario, por la noche, esparcir grandes cantidades de ceniza en derredor del lecho para que la noble dama atravesara sin dificultad las vastas charcas de sangre.


A. P

1 comentario:

José A. García dijo...

La Condesa si que sabía divertirse en las noches de frío y vino.

Saludos

J.