sábado, 7 de marzo de 2015

no puedo retener el pasado. no resisto mi propio archivo.
caigo, una y otra vez, en las formas del recuerdo más recurrente.
se borran las caras en las fotos viejas y no alcanzan las notas que tomamos
para saber cuál era la canción que sonaba aquella noche
donde lo que sí tomamos era whisky con naranjas.

yo creía (yo quería) que el tiempo calmaba todo. o la distancia.
(me enferman tanto las despedidas).

los perros, los gatos y las plantas mueren mientras yo me desvelo
por la paloma que pasea desde hace un año en mi balcón.
ella no muere, pero tampoco sabe volar.

a veces imagino que me dice alguna palabra,
que me tira las cartas o que aún permanece del otro lado del vidrio
leyendo(me) en silencio, o tarareando alguna canción.

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