viernes, 14 de septiembre de 2012


sentado en un banco de la plaza miserere.
casi todo su cuerpo, incluyendo la cabeza, estaba bajo una  frazada de estampado escoses.
pero podían verse sus pies, descalzos y duros de la mugre,
asomando bajo la frazada igual de mugrienta.
los piecitos de hombre adulto se movían como jugueteando, bailando sin llegar al piso.
fue todo lo que pude ver de ese hombre mientras hacía la cola para tomar el 57.
me paso horas pensando en que hay bajo esas frazadas, tan difícil de ver. tan difícil de entender.

1 comentario:

José A. García dijo...

Imágenes que nos taladran la cabeza hasta volverse imborrables.

Y son tan pocas,
y pesan tanto...

Saludos

J.