martes, 21 de febrero de 2012

a una hora del día se tiñe de un ambar violeta

viernes. religiosamente,
ella lo buscaba con la mirada.
qué haría si de golpe él bajara por esa escalera hacia el otro andén?
seguramente saltaría las vías sin importarle el riesgo.
le gritaría? lo miraría?
ni se acuerda de mi. y si se acuerda me odia. 
nunca. nunca lo vio.
dónde carajos estaba. dónde?
nunca, nunca lo vio.
nunca lo vio hasta el día en que lo vio.
le preguntó si se acordaba de ella
si la odiaba.
si alguna vez la había visto en la calle.
si la música también le taladraba los ojos
y qué le decía la sangre.
entre el vino, la lluvia y las lágrimas buscan las respuestas.
los encuentros sanaron los ruidos de las sombras vacías.

1 comentario:

confesión por un monstruo mal adiestrado dijo...

será que con esa sangre haremos venir las nubes?