jueves, 1 de septiembre de 2011

deberías saber por qué

querido julio, no puedo dejar de recordar esas cosas que me decían mis padres. algunas por cuánto las repetían. otras por lo poderosas se me impregnaban en el alma de un solo sonar.

uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. 
julio, no se cómo explicarte cuánto me duele este silencio que a penas está en pañales. este silencio que quiero que madure rápido y se vaya pronto de casa. creo que me duele mucho porque no tengo forma de vaciarme de él. cómo me vacío del silencio? como me retracto de las palabras que dije, que escribí, están siempre tan lejos de la verdad. pero la verdad está desnuda cuando lo miro. siempre me pregunté si podía leerlo. también me duele mucho que la verdad no suceda seguido. se me desprende la retina, la de los ojos, la del alma. poco me importa la cursilería, es que ya no puedo más. si tuviera que hacer una pintura de esto juro que no sabría de qué color hacer su sombra. cuando cierro los ojos no puedo dormir, solo veo aquel fuego.

estás pintando?
pintá. pintá todo el tiempo, como dice Juana (mi ahijada).
hija. los niños y los locos no se equivocan.






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