el poeta escribe.
a veces cierra los ojos para no caer.
mientras la sangre le corre por los labios.
no es hombre.
pero sus huesos secos y su orgullo se juntaron para celebrar lo que yo llamo
"apartar las últimas sombras"
enfrentarse a Dios era un privilegio para ese cuerpo tuyo que chorreaba agua.
ella de tanto andar, coronada de focos rojos,
hedionda a vómitos y alcohol
quería que le confesara la verdad:
se llega a Dios o se llega al mismo diablo.
ella enfrenta las figuras
fosforeciendo en los huecos
bailando en el humo falso
"la conga".
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