aun con los odios y las dificultades nos llamabas a todos. borracho, como aquella primera vez.
reunidos bajo la luz de una lámpara azul. luego te bajabas del cajón, vestido de blanco, todo chupado por el agua. las cartas estaban abiertas sobre la mesa, eso te daba pánico. yo te saludaba desde el ataúd. ese corazón que usaste de almohada, Giuseppe, era de carne. un día se te llenaron las paredes de el líquido rojo, pero vos sacudiste tu lechuguita vegan en señal de rendición.
1 comentario:
Llegará el día en que nos venzan a todos... Lamentablemente.
Buen escrito, muchas imágenes, como un colage.
Saludos
J.
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