domingo, 31 de enero de 2010


Me siento morir en ti, atravesado de espacios
que crecen, que me comen igual que mariposas hambrientas.
Cierro los ojos y estoy tendido en tu memoria, apenas vivo,
con los abiertos labios donde remonta el río del olvido.
y tú, con delicadas pinzas de paciencia

me arrancas los dientes,


las pestañas,


me desnudas el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose.


Transparente, aguzado, entretejido de aire
floto en la duermevela, y todavía
digo tu nombre y te despierto acongojada.

(Pero te esfuerzas y me olvidas,
yo soy apenas la burbuja
que te refleja, que destruirás
con sólo un parpadeo.)


(El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.
Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.*)

Julio Cortazar
*Rosario Castellanos

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