
Sinn, se acercó a mi, un poco timido,
me preguntó porque lloraba de esa forma tan patética,
y admirando su sinceridad a flor de piel le pregunté si quería ser mi amigo.
El no lo dudó mucho.
Solo me propuso que llorara en un tono más grave, por el bien de los vidrios de la casa.
Tomó una hoja blanca y me pasó la mano por la cara.
Con el rimmel que se me habia corrido empezó a dibujar.
Yo me paré.
_¿Preparo mate? -le dije.
.
1 comentario:
Jeje, está buenísimo!
Muy buenas también las fotos que estuviste subiendo en estos días!
Saludos!
Publicar un comentario