martes, 26 de noviembre de 2013

todo mi cuerpo con espinas

 

querida ana,
te envío estas postales para hacerte llegar un poco de mi perfume. dudo que todavía conserve algo de él aquella remera a rayas que solía usar las pocas veces que dormía vestida a tu lado. 
dudo también que aun revises este buzón, pero no me dejaste otra opción para contactarte. 
de momento en que comenzaste tu nueva vida supe que debía seguir el mismo camino. yo siempre fui más
dramática, tomé literalmente otros caminos. el mundo del arte está lleno de sorpresas y posibilidades, y cuando empezás con un premio o dos, suceden las becas, los proyectos, las ferias. siempre supe que sería afortunada en el juego y desafortunada en el amor. pero cuando uno juega tan apasionadamente es imposible la soledad, las noches se vuelven largas y las mujeres de las galerías son muy generosas y poco conservadoras. nadie quiere estar solo, eso descubrí aquella tarde. te bajaste del colectivo y no me volviste a mirar. recordé que la primera vez que me dijiste que me amabas fue antes de subirte al 105. 
siempre fuiste muy rápida. eso me gustaba, hasta que fuiste rápida para otras cosas. 

ana, esta es la tierra prometida para los artistas, y no es necesariamente europa. no voy a casarme, por suerte tampoco voy a necesitar tener hijos, los ajenos se ven mucho mejor. tengo paredes azules y cactus verdes en macetas bien naranjas, como siempre quise. todo para mi, a cambio de unas cuantas pinturas al mes. no necesito nada más. vos no necesitaste nada más, parece. divertite y cuidate. ya no te sientas mal por no quererme. mal se siente la gente que ama con el alma y no es correspondida.

sin más,
(ni menos)
lola.









No hay comentarios: