lunes, 17 de octubre de 2011

dos días en la vida nunca vienen nada mal



todo avanza, todo cambia
todo muere y el olor a putrefacción se desplaza cuadras enteras
como una masa sólida
que me empuja y me pica como un mosquito de pasto recién cortado
tirándome a la pileta
que nunca tiene agua.
me despierto y no se, me duelen las piernas de tanto caminar
hacia arriba para llegar a la cima y después caer,
dos o tres veces al día.
mi refugio es mi taller
mi cabeza es el infierno
mi corazón el jardín del Edén,
y yo cada día mas atea.

2 comentarios:

José A. García dijo...

¿Quién es tu tentador/ra?

¿Ese puesto está disponible? :)

Saludos

J.

Danilo Gatti dijo...

siento que estamos entrando en un museo de cera.