Aunque no muy lejano, Talking Heads ya era pasado
para el delicioso músico escoces David Byrne,
cuya voz me da cosquillas no voy a decirles dónde.
Increíble que post Psycho Killer estemos deleitándonos con igual intensidad, pero además con salubridad,
con boleros como Women vs. men, o tarareando la rumba God and evil o bailando una cumbia como Independence day.
ooooooh, el goce del sentido figurado!
la finita licuefacción de los sonidos.
pero sobre todo
la resurrección de la carne
y la vida perdurable.
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