miércoles, 26 de enero de 2011

murciélago II

fugA

huyó. dejó de creer en él.
no pudo contener su deseo
de suicidio. lo miró.
sus ojos, luces de neón,
no pueden vivir corriendo
en un eterno
fin.

pEz

caminaba para olvidar.
juntaba hojas caídas, pisaba otras.
nada más la ponía así:
volar.
pájaro,
luz.
otoño pasado.
frío: ahora víctima.
Dañaba a la niña,
ignoraba su propio latir.

fIn

cree que nada fue en vano.
relee, pues guardó todo en su maleta azul.
pedazos de papeles rotos con letras fugaces
que solo dejan ver deseos aún latentes.
recuerda. cuenta cada segundo hasta que llega.
la noche.
la luna.
el sueño.
el no-dolor.

sOmbra

me pesa, y sabe.
nadie puede prescindir de él.
se pasea en la abultada ciudad
y lleva la luz atada a sus pies.
se niega a saber la verdad
y su estima va a la vanguardia de su ser.


tUmba

claro, habla de la noche
y no de los sonidos del piano.
no la nombra a ella y sabe:
en el fondo nada va a cambiar.
ni ella, deforme en el calvario
de lo imposible.
se complica:
refugio,
lengua,
fusil,
tUmba.






1 comentario:

A dijo...

Y si jugamos a las vocales... (me distraigo, acabo de leer el diagnóstico, la idea se me va...) jajajajajajaja