levanta su grito por encima del cielo, ya no hay sangre, ni noticia de su nombre. los círculos, llenos de inscripciones ilegibles. los gallos de metal, aun con los odios y las dificultades, eran seres con carne. espejos de una vida sin sentido. demasiado estrábicos ya. tristes. y sin brillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario