lunes, 2 de agosto de 2010

ella canta...

´Castigo II

Que te sean leves los amaneceres. Que no te conmueva despertarte oliendo a mi perfume.
Que nada te alcance, que todo te sobre, y que te pases los días intentando saber qué es lo mejor.
Que se pudran las hojas secas en la puerta de tu árbol y que los pájaros te canten desde adentro tan fuerte, tan alto, tan puro que no puedas convivir con tu conciencia.
Que las bocinas de los autos desafinen y que la muerte llegue a tus oídos antes que puedas decir sol.
Que los espejos se desarmen si te miran. Que Buenos Aires oscurezca más temprano en tu siempre habitada casa abandonada.
Que cuando cierres los ojos para dormir se te claven los míos en la nuca. Que camines siempre para atrás y que la luz te sea pesada en la mochila.
Que te vuelvas obsceno, relleno de nada con todo y que al explotar salpiques nada contra mis paredes, para que el limpiarte sea intrascendente.
Que si te vas te vayas del todo, y no en capítulos
Ala
Capítulos pico
Capítulos pluma
Cuervo.
Que tu canto en la noche suene a melancolía de arrabal. Insaciable lamento. Llanto maternal.
Negro.
Que si te vas, al sur, siempre al sur, te vayas todo. Todo ala, todo pico, todo pluma.
Si me comés por dentro, no me compartas. No dejes nada. Y no me preguntes.

2 comentarios:

Rous dijo...

esto es lo que intenté leer! que diver

Anónimo dijo...

''Que cuando cierres los ojos para dormir se te claven los míos en la nuca''

Este si que es un castigo digno de la tortura china de antaño.

Muy bueno el texto, menos mal que no soy el destinatario...

Saludos

J.