miércoles, 7 de julio de 2010

pero aún no sé si le temo a la muerte o a la soledad

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir…”

E.G

Acabo de hacerme cargo de muchas cosas. Y me siento liviana.
Pero ya he hablado bastante del karma del peso
y la levedad.
Entendamos hoy a la levedad como algo bueno.
Y al miedo como algo malo, que no nos deja disfrutar.
Dejemos la culpa para los católicos.
Tengo miedo, tengo culpa.
Cerré la puerta,
pero la luz
entró por la ventana:

tardará.
tardará?


.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

malditos miedos..

minino dijo...

hermoso texto... que hace pensar sobre los propios miedos...