Como quien quiere la cosa llegamos y saludamos. Al ritmo de "Que lindo quedó todo...!" mientras tomaba el primer trago amargo de la noche, vi en el mostrador escritos que esperaban, hechos un rollito, a ser robados por alguien.
Instantáneamente supe que uno me pertenecía.
O que yo le pertenecía a él. O ambas.
Lo abrí, y lo leí.
"Cada vez iré sintiendo menos
y recordando más,
pero qué es el recuerdo sino el idoma de los sentimientos,
un diccionario de caras
y días
y perfumes
que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso,
adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro,
entristeciéndonos o aleccionandonos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario,
la cara que mira atrás abre grandes los ojos,
la verdadera cara se borra poco a poco como en las viejas fotos."
(Julio Cortázar, en "Rayuela")
Tomé otro trago de cerveza, y al ritmo de un wtf?! lo volví a enrollar,
y lo metí en mi cartera.
y lo metí en mi cartera.
2 comentarios:
Tengo marcada esa parte de Rayuela como una de mis favoritas, una vez inclusó se la envié por mensaje de texto a quién quise y me di cuenta de lo vacía que estaba su cabeza al no comprender nada.
Cortazar es sublime.
Tengo marcada esa parte de Rayuela como una de mis favoritas, una vez inclusó se la envié por mensaje de texto a quién quise y me di cuenta de lo vacía que estaba su cabeza al no comprender nada.
Cortazar es sublime.
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