jueves, 14 de enero de 2010

Reconstrucción de la autoestima ( Part One)

Llorar a lágrima viva

Oliverio Girondo

Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.


Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!



(Llorar. Y salvarnos a nado de nuestro llanto.)

1 comentario:

lacalledelasranasquelloran dijo...

lloro a chorros, lloro el insomnio...nada de todo esto me es ajeno... tampoco los ositos amarillitos ni las ranitas verde agua... ni las frutillas descongeladas con gusto a nada... te quiero mucho princesita...