domingo, 17 de enero de 2010


Atardeceme,

desayuname,

deconoceme

y devastame para comenzar de nuevo,

y cuando no tenga nada que decirte

no me apresures,
para que yo escuche
mi silencio;
soy nadador en el mar del
presente,
sueño en el sueño de la vigilia
con habitarte,
con habitar tu continente.


no le temo a la muerte
y estoy ausente de respirar.


-fotografía F. Garduño
-letra L. Aristimuño





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